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Redescubrirse a través de la maternidad

| 5 marzo, 2013 | 13 Comentarios
La maternidad no es sólo un periodo de renuncia, sino también una oportunidad para reencontrarnos con nosotras mismas.

La maternidad no es sólo un periodo de renuncia, sino también una oportunidad para reencontrarnos con nosotras mismas.

Generalmente, cuando hablamos de la maternidad, se suelen destacar aquellas cosas a las que nos veremos obligadas a renunciar a corto plazo. También se suele hablar de cómo nuestra persona y nuestras necesidades pasan a segundo plano frente a las innumerables tareas y el desgaste de energías que implica el cuidado de uno o varios bebés. Parece que, de alguna forma, nuestra figura como persona tiende a desaparecer para dar paso a la “mamá de…”.

Aunque lo anterior no deja de ser cierto, en mayor o menor medida según la situación concreta, hoy quiero aportar un punto de vista diametralmente distinto. Quiero hablar de aquellos casos en los que la maternidad nos proporciona una oportunidad para redescubrir el mundo y cambiar aquello de nuestra vida que no nos gusta.

No puedo ocultar que para mí la maternidad ha sido una experiencia sumamente inspiradora. Desde que soy madre me siento más “yo“ que nunca. Y aunque parezca contradictorio, nunca antes me había sentido tan libre. No estoy acostumbrada a tener tanta libertad de horario, a poder pararme a pensar detenidamente en las cosas, a darme una ducha tranquilamente sin pensar en el atasco que se estará formando mientras tanto.

Aunque probablemente soy la persona más desordenada que lleguéis a conocer jamás, siempre he sido muy cuadriculada y muy planificadora para según qué cosas. Con 11 años ya sabía perfectamente qué carrera iba a estudiar, y cuando la empecé ya tenía clarísimo en qué me quería especializar. He dedicado tantas energías a depurar y optimizar mi plan que nunca tuve tiempo de revisar las bases. O quizá es que me daba miedo lo que podía descubrir.

Mi vida antes de ser madre estaba perfectamente organizada, principalmente en base a mi horario laboral y a los proyectos de mis clientes. Prácticamente todo mi esfuerzo y todas mis energías estaban encaminadas a mantener mi empleo y a identificar oportunidades de mejora en mi carrera. Ha habido momentos en los que confieso que he vivido sólo para trabajar. No tenía tiempo de pensar si realmente estaba haciendo lo que me apetecía hacer en la vida; lo importante era sobrevivir y seguir adelante. Y aunque las condiciones de mi trabajo no eran malas en absoluto, a veces sentía punzadas de frustración que rápidamente apartaba de mi mente para no gastar fuerzas inútilmente en algo que pensaba que tampoco podía cambiar.

Tengo un amigo que trabajaba en Londres para una importante consultora, con un sueldo y unas condiciones inimaginables para cualquier asalariado español. Y un día lo dejó todo, se volvió a España y montó su propio negocio cuando esta horrible crisis económica ya estaba asomando sus fauces. Asombrada, le pregunté como se le ocurrió hacer algo tan arriesgado teniendo en cuenta la situación económica actual, y se limitó a responderme que una mañana se levantó y se paró a pensar si lo que tenía que hacer aquel día era lo que le apetecía hacer el resto de su vida. Y entonces lo vio claro. Así de sencillo. Reconozco que mientras le escuchaba no pude evitar una oleada de envidia por su valentía y es que, además, a mi amigo le ha ido muy bien.

Cogerme una excedencia en el trabajo ha supuesto una ruptura total con mi vida anterior, no sólo a nivel de mi día a día sino a nivel de pensamiento. Desde el principio me lo planteé como un año sabático, un periodo de reflexión, y realmente no puedo imaginar un lujo mayor que el hecho de disponer de más de 12 meses para disfrutar de mis mellizos y replantearme completamente mi vida desde todo tipo de perspectivas, por más utópicas o absurdas que puedan ser. Y es que ahora tengo tiempo hasta para soñar.

Desde que soy madre me he dado cuenta de ya no me conformo con seguir adelante por inercia. Ahora soy más exigente. Me he vuelto una antisistema de mi propia vida. Y estoy aprendiendo a fiarme más de mi intuición, no sólo de la razón.

Durante todo este tiempo no sólo han cambiado mis prioridades sino también mi forma de pensar e, incluso, mi forma de ver el mundo. Antes estaba demasiado absorbida por mi vida cotidiana y sólo tenía tiempo a ocuparme de lo urgente, dejando de lado lo importante. Y cualquier espíritu crítico que pudiera tener estaba completamente alienado bajo un manto de rutina y cotidianidad.

A veces me siento como si me hubiese tocado la lotería. Ahora vivo rodeada de todo tipo de lujos; tengo tiempo para a pasear, para jugar con mis hijos sin mirar el reloj y para leer hasta caer rendida en la cama. Y no es que no esté poco ocupada precisamente, es más bien un estado mental.

Así que este periodo de reflexión ha sido para mí como una especie de “limpieza general” a nivel mental. Por ejemplo;

  • Me siento más libre para tomar decisiones después de descubrir que la mayoría de las limitaciones que me estaban frenando habían sido impuestas por mí misma.
  • Me siento más segura, me reivindico a mí misma continuamente y me importa menos que nunca lo que piensen los demás.
  • He redescubierto algunas amistades olvidadas, y he desechado otras que no eran verdaderas amistades (o que al menos no se han comportado como tales).
  • Me estoy formando en otras áreas relacionadas con mi trabajo en las que llevaba tiempo interesada, pero nunca veía el momento de llevar a cabo esta formación ya que no sabía como rentabilizarla a corto plazo.
  • Siempre me ha encantado escribir y ahora tengo tiempo para hacerlo casi todos los días.
  • Estoy tratando de superar mi aversión al riesgo y he descubierto que puedo dormir tranquila sin saber exactamente qué va a pasar mañana o dentro de un mes.
  • Me he autoinyectado una dosis de idealismo para equilibrar mi racionalismo exacerbado.
  • Mi sentido de la creatividad ha vuelto a aflorar después de un largo tiempo adormecido.
  • Ya no estoy dispuesta a pasar el día entero trabajando fuera de casa y perderme la infancia de mis hijos a cambio de un sueldo de mierda para hacer aún más rico a algún gilipollas.
Desde que soy madre he recuperado mi espíritu crítico y ya no estoy dispuesta a pasar el día trabajando fuera de casa

Desde que soy madre he recuperado mi espíritu crítico y ya no estoy dispuesta a pasar el día trabajando fuera de casa

¿Y por qué os cuento todo esto? Por tres razones:

  • Porque el próximo viernes es el día de la mujer trabajadora.
  • Porque en menos de dos semanas este blog cumple un añito.
  • Y porque me quedan menos de dos meses de excedencia en el trabajo.

Así visto parece un extraño batiburrillo de ideas pero está todo relacionado. En primer lugar, siempre se considera el periodo de baja maternal como un periodo eminentemente improductivo pero en mi caso ha sido todo lo contrario. En este periodo he tenido más ideas que en el resto de mi vida junta. Y eso que durante el embarazo estaba aterrada pensando que si dejaba de trabajar un par de meses me iba quedar atontada, o se iba a acabar el mundo, pero no ha pasado nada de eso. Y me siento mejor que nunca. Lo que parecía un periodo de letargo intelectual se ha convertido en un brainstorming constante.

Y los dos últimos puntos están muy relacionados entre sí. Porque si me reincorporo al trabajo va a ser imposible mantener el ritmo de este blog y poco a poco probablemente lo iré abandonando. ¡Y no quiero que eso pase! Somos Múltiples, algo que empezó como un pequeño proyecto personal, poco a poco ha ido apoderándose de mí hasta el punto de convertirse un hijo más. Y no puedo ocultar que tengo mucha curiosidad por saber hasta donde puede llegar.

El otro día una mamá me hizo una consulta por correo electrónico y aprovechó para felicitarme por el trabajo tan bonito que tengo. Lo primero que sentí fue un gran orgullo y satisfacción pues me encanta lo que hago. Pero luego pensé, ¡Pero si ahora no estoy trabajando! Aunque pensándolo bien, ahora trabajo más que nunca. Porque cuidar de mis hijos ha sido el trabajo más gratificante, exigente e inspirador que he desempeñado hasta ahora. Y no sólo eso; alimentar y mantener esta web, y la comunidad que la rodea, también me exige una gran dedicación. Pero lo hago con mucho gusto porque siento que me llena, y quiza por eso tengo esa sensación de que no trabajo.

Muchas de las ideas que os comentaba antes están relacionadas con Somos Múltiples. Hace meses que no me despego de mi móvil ni para ir al baño por si se me ocurre alguna idea que deba anotar antes de que se me olvide (de hecho llegué a escribir un post prácticamente entero desde la bañera). Tengo miles de proyectos de mejora y propuestas que creo que pueden resultar muy interesantes para la comunidad de padres múltiples. Ahora la pregunta es, ¿Seré lo suficientemente valiente como para llevarlas a cabo? ¿Seré capaz de dejar de lado lo que se supone que debo hacer para dedicarme a lo que realmente quiero hacer? ¡Se admiten apuestas!

No puedo terminar este post sin mandar toda mi admiración a esas madres emprendedoras que un día decidieron darle una patada en culo a su trabajo para apostar por ellas mismas en un país en donde emprender es cada vez más difícil. Aunque a la vista de las condiciones laborales actuales, las dificultades para conciliar y teniendo en cuenta como se reducen las oportunidades profesionales de las mujeres cuando son madres, quizá no tengamos tanto que perder. ¿Y no dicen los chinos que las crisis están llenas de oportunidades? ¡Pues a por ellas chicas, a estar atentas para que no se nos escape ni una!

 

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Sobre la autora Somos Multiples

Madre de mellizos prematuros que un día decidió abrir un blog para compartir su (in)experiencia personal con otras madres. Administradora de Somos Múltiples y de la tienda para gemelos y mellizos Tot A Lot. Adicta a las redes sociales. Más info en la sección Autores.

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Categoría: Maternidad

Comentarios (13)

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  1. Maria dice:

    Muy interesante lo que cuentas. Yo me encuentro en una fase inicial de emprender mi propio negocio. Aunque mis mellizos solo tienen 8 meses, hace 2 que me incorporé a mi trabajo «ordinario», ese que ya ha dejado de motivarme. Sin embargo, de repente, una mañana de julio a las 7:00h dando el pecho a mis peques y con mis hormonas hiperevolucionadas, tuve la idea loca que ahora emprendo. Arquitecta y madre de mellizos, tenía que aprovecharlo. Y ahí estoy, iniciando http://www.roomroombebe.com. Ánimo para cualquier mamá «loca».

  2. Suscribo el post al 100%. Infinidad de veces he tenido que oír que me pensara bien lo de tener niños, que tu vida cambia para siempre, que ya nunca más serás libre, etc, etc… ni qué te cuento al decir que venñian tres.

    Pero en mi caso, y quizás por esto lo de edulcorar mi maternidad, es que ha sido lo contrario. Ahora soy yo. Ahora hago lo que me gusta. Ahora soy más valiente. Ahora sé por qué me levanto cada mañana. Ahora si tengo un día malo ellas lo arreglan. Ahora yo y mi marido somo una piña para sacar esta familia adelante. Ahora he sido capaz de cambiar de forma de pensar 100 veces en un año, no ser tan cuadriculada, ser más pragmática, disfrutar de los míos. Como tú he redescubierto amistades, y he desechado otras y me he quitado mucho lastre que antes no era consciente de él.

    Para mí ha sido una liberación preciosa y absoluta. Ah! Y no te quepa duda, tienes un trabajo precioso, lo haces genial, y va a llegar hasta dosnde tú quieras!

    Un muxu muy fuerte!!

  3. Ainhoa Gomez via Facebook dice:

    Me ha encantado! Creo que esta parte, como te he comentado, es la que nos hace quizás como decías, edulcorar la maternidad. Sentirla como una liberación es una sensación incomparable! Adelante en tu proyecto, porque va a or genial!!!

  4. Qué rica eres Ahinoa, menudo achuchón te voy a pegar el día que nos conozcamos!

  5. Yo no puedo dejar de sentir admiración por ti, y al mismo tiempo una envidia horrible. Me encanta leerte. Gracias por sacar ese poco tiempo para todas nosotras. No nos abandones… Un saludo

  6. ¡Pero qué ricas sois todas! ¿Cómo podría abandonar un proyecto tan bonito?

  7. ser_madre dice:

    Bueno esto ya es la leche!!! Este artículo esta lleno de buenas vibraciones, de sacar el jugo a todo lo que haces y aprovecharlo hasta más no poder. Enhorabuena por ese año de blog y trabajo intenso que has hecho. Que siga así o que al menos no desaparezca. Increíble.
    Un beso

    Pilar (@ser_madre)

  8. mamiandbaby dice:

    Por fa comparte lo de la receta para la ducha! y para dormir! yo ahora hasta me baño con productos de bebés porque siempre me baño acompañada jejeje! Lo que si es completamente cierto es que uno examina y reinventa su vida luego de los niños…
    Sencillamente es otra etapa y la anterior queda pero bien sellada!
    Besos y excelente post
    @mamiandbaby

  9. Con peques dice:

    Genial el post. Yo también me siento un poco así, me he descubierto, he creado, y soy ahora otra persona, espero que mejor, más creativa. Gracias por compartirlo.

  10. Ser madre y empreender esta a la orden del día! cada veo lo veo más y celebro por ello. Un abrazo.

  11. 1MamaPara2 dice:

    Aqui una de tus fans numero 1 que se habia perdido esta entrada.
    Si vuelves a trabajar por aqui se te va a echar muchiiiiiiiisimo de menos, tendras q buscar un ratito al dia para mantener el contacto 2.0 porque aqui tu #tribu te necesita.
    Que te voy a decir yo! Ya sabes que a mi me ha pasado lo mismito que a ti y finalmente me he dejado guiar por mi intuición, he decidido que quiero ser feliz cada dia y no pienso parar hasta conseguirlo, me he decidido a emprender en un momento un poco complicado, con toda mi ilusion puesta en mi proyecto pero sin ninguna garantía, espero ver frutos a medio-largo plazo y poder hacer de mi afición mi profesión.
    Un abrazo

  12. Apuesto a que te atrevas a seguir el camino ya iniciado. No tengo dudas al respecto. Te felicito.

  13. Fanny dice:

    Me siento muy identificada con lo que dices. Tengo una experiencia muy similar! Gracias por compartir!!

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