Cosas que odio de la maternidad (I)
La maternidad es una experiencia maravillosa, claro que sí, pero hay momentos y situaciones en los que miras a tus pequeños criaturitas y te dan ganas de irte un momento a comprar tabaco (aunque no fumes) a Costa Rica, o mejor aún, a Nueva Zelanda que está más lejos.
Hoy es uno de esos días en los que me sale humo por las orejas, y mi nivel de agotamiento físico y mental es directamente proporcional a la enorme cantidad de energías de mis mellizos (que son prácticamente infinitas). Y mientras luchaba con mi hijo para que se pusiese los calcetines por quinta vez me he puesto a pensar en esas cosas que odio de ser madre, como por ejemplo:
1. La tripa postparto
¡¡¡¡Que no estoy embarazada!!!!!
Es muy bonito eso de que nuestro cuerpo es un lugar sagrado con la increíble capacidad de gestar a dos o más seres humanos a la vez pero seamos sinceros, ¿A quién le pueden gustar esos horribles surcos irregulares e interminables llamados estrías? Por no hablar de que mi abdomen se niega a volver a su sitio haga lo que haga (otro día hablaremos de la terrorífica diástasis abdominal). Y creedme, he probado muchas cosas, la mayoría de las cuales conllevaba un riesgo de asfixia considerable.
No es que esté obsesionada con mi físico ni mucho menos, pero es que es difícil no pensar en ello cuando me paso el día recibiendo felicitaciones (y pésames) por estar embarazada otra vez. Al principio contestaba la verdad hasta que me harté de dar explicaciones, y ahora me limito a soltar un escueto “gracias” mientras observo a mi interlocutor con una mirada iracunda deseando que le parta un rayo (y yo que lo vea).
2. Cortar las uñas a los niños
Una tarea repetitiva, recurrente y desagradecida donde las haya. Sobre todo desagradecida porque a los dos días ya tienen las uñas largas otra vez y uno se acaba planteando si todo este esfuerzo merece la pena teniendo en cuenta que si las dejas crecer se acabarán rompiendo solas (y sin ningún sufrimiento por tu parte).
Cada vez que llega el momento me entran sudores fríos. 40 uñas que podría cortar en menos de 10 minutos si mis mellizos (especialmente mi hijo) no se empeñasen en patalear y retorcerse como si les estuviera dando una descarga eléctrica. Y la cruda realidad es que una tarea aparentemente tan sencilla requiere la colaboración de dos personas y un mínimo de 20 minutos acompañados de chillidos desgarradores de intensidad creciente. Lo que no se es como con tanta presión aún no le he amputado a ninguno un dedo sin querer.
Además, encuentro que es una tarea especialmente peligrosa por otros dos motivos
- Las altas probabilidades de que con tanto forcejeo las tijeras acaben clavándose en uno de mis ojos, dejándome tuerta, lo que sería una enorme desgracia teniendo en cuenta que necesito un ojo para vigilar a cada niño.
- El riesgo de que mis vecinos, al oír esos gritos desgarradores que salen de mi casa al menos una vez por semana, acaben convencidos de que maltrato habitualmente a mis hijos y aparezca un día la Policía en mi casa.
3. La imposibilidad de encontrar un lugar seguro para dejar las cosas que no deben tocar
Al principio bastaba con dejar las cosas fuera del alcance de los bebés. A medida que fue evolucionando su movilidad fuimos poniéndolas en lugares cada vez más elevados. Pero de un tiempo a esta parte da igual lo que hagamos porque llegan a todas partes, ya sea trepando directamente o subiéndose a una silla.
Cualquiera que sea padre de un bebé de 22 meses, y observe su pericia natural para trepar a cualquier lugar, entiende perfectamente que la mayoría de las investigaciones sobre la evolución del hombre apunten a que provenimos del mono. Qué me van a contar a mí que tengo dos ejemplares del eslabón perdido sueltos por mi casa.
Cuando nos mudamos a la nueva casa encargué unos muebles a medida para el salón con la particularidad de que no tienen tiradores ni ningún saliente que permita intuir como se pueden abrir. Se abren empujando hacia dentro desde ambos extremos con un mecanismo tipo muelle. Ilusa de mí pensé que un mecanismo tan complejo sería suficiente para proteger el ajuar doméstico al menos los cinco primeros años. Pero no contaba con que se apoyasen un día de espaldas por casualidad y descubriesen el mecanismo de apertura con poco más de un año. ¿Con todos los avances tecnológicos de hoy en día nadie ha sido capaz de inventar aún un mueble a prueba de niños?
4. Que mis hijos aún no hablen
Bueno vale, ya se que es normal que los múltiples adquieran el lenguaje más tarde. En realidad no estoy preocupada por su desarrollo sino por mi salud mental. ¡Y es que estoy harta de adivinar una y otra vez lo que quieren! Se pasan el día señalando cosas y pegando gritos, y yo me paso el día ofreciéndoles cosas sin parar y tratando de interpretar si era eso lo que querían (esta última parte es fácil porque cuando me equivoco gritan más fuerte). Definitivamente creo que los cursos de preparación al parto deberían incluir un módulo avanzado de interpretación del lenguaje corporal.
5. Comprar juguetes que luego nunca usan
Pero claro, ¿Cómo saber cuáles les gustan si no pueden decírmelo? Ya se que como madre tendría que conocer al dedillo sus gustos y aficiones, y a veces incluso acierto y todo, pero otras muchas me equivoco. Así que la última vez decidí intentar una nueva táctica no exenta de riesgo; dejarles elegir a ellos directamente qué juguete les gustaba más. Mis hijos se lo pasaron bomba poniendo todos los juguetes de la tienda patas arriba pero yo llegué a niveles de vergüenza tan elevados que en un momento dado opté por comprar ciegamente todo lo que habíamos ido dejando en el mostrador con tal de salir de allí en menos de cinco minutos.
En cuanto a la dependienta, reconozco que nunca he visto a nadie pasar paquetes por la máquina registradora a tal velocidad. No se si porque estaba deseando que nos fuésemos de una vez o porque quería darse prisa en cobrarme antes de que me arrepintiera de comprar tal cantidad de juguetes.
Y os preguntaréis, ¿Les gustaron al final los juguetes? Pues la verdad es que la gran mayoría sí pero no se si tendré suficiente valor como para repetir el experimento. Y lo que es seguro es que, si lo hago, no será en la misma juguetería.
Y como este tema da para mucho, prometo que habrá segunda parte (por lo menos) porque hoy no tengo fuerzas para terminar el post. Y ahora, si me perdonáis, me voy a la cocina a asaltar la nevera a ver si encuentro algún alimento bien cargado de chocolate que me suba el ánimo 🙂
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Categoría: Humor, Maternidad
que lata pero es verdad…jajajaja
Arrrgggg cortar las uñas es una de mis pesadillas, y no porqué mis peques se resistan si no porqué crecen muy rápidoooo…tengo la sensación de que todos los días le corto las uñas a un niños, deberia coordinarlos!
Lo de la barriga es otro tema. Es mi gran complejo…:(
Solo puedo decirte ánimo, los días malos son muy chungos pero somos afortunadas de disfrutar de la maternidad de una manera tan intensa.
Ya ves que me lo tomo con humor 🙂 Estaba escribiendo un post sobre la preclampsia pero es que te juro que estoy tan saturada mentalmente que no me podía concentrar…
jajaaj cuanta verdad!
Más de acuerdo no puedo estar y es que mis mellizos han estado enfermos toda la semana, así que mi nivel de estrés está por las nubes! Si encuentras algo de chicolate guardame un poco jeje….
Oye yo en mi embarazo tuve preclampsia severa, así que me interesa ese post.
Saludos!
Es que lo del chocolate es increíble, cura todos los males. Me imagino como estarás, enferma también pero de puro cansancio!!
Yo tuve preclampsia postparto, aunque andaba con la tensión justo al límite antes del parto. Supongo que sacaré el artículo la próxima semana y hablaré de en qué consiste, factores de riesgo, herramientas de prevención.. etc. Vamos, uno de mis post científicos para no dormir…
Ya empecé a enfermarme yo también =/ … cuando llegó mi esposo del trabajo nos encontró,a los 3, histéricos jajaja así que nos llevó al parque a dar una vuelta y a mi me compró un helado de chocolate y santo remedio, regresamos más tranquilos.
Ooooh! Las uñas, esas puñeteras amigas! Y lo peor, has pensado en las horas de cortar uñas que nos quedan por delante! Estoy muy en contra de la televisión en los bebés, pero en los 2 minutos que dura ‘el pollito pio’ pude cortar las 2 manos. Creo que 2 minutos a la semana no le van a hacer ningún daño…
Lo de la Tv ya lo he intentado y nada de nada!!! Es que mi hijo tiene terror al tema de las uñas. Hasta le hemos enseñado como nos las cortamos papá y yo, pero le da igual!! Estoy deseando que comprendan un poco más las cosas para intentar sobornarle con algo a ver si cuela, porque cuanto más crece más nos cuesta sujetarle!
Jajajajajajajaja totalmente de acuerdo es mi dia a dia! te agradezco este toque de humor para acabar el día..el mío? Aún no ha acabado, mis mellizos de 23 meses duermen con su padre,mientras yo hago tiempo para no dormirme y dar el biberón a mi niña de 28 días *o* así que entiendo tu situación! Me ha encantado lo de,.. módulo avanzado de interpretación del lenguaje corporal. Los mios tambien hablan poco aun Jajajajaja
Un bebé de 28 días y mellizos de la edad de los míos??? Mariló, eres una valiente, cuéntanos como lo haces por favor 🙂
madre mia como me he reido casi despierto a mis hijos. Tienen tres años y medio y me sigue pasando todo eso . Gracias por estas risas
cmo me gusta leerte,identificada 100% en toodo,barriguita,uñas,juguetes….jajaja
Pilar no me digas que con tres años aún no se dejan cortar las uñas porque me da un ataque!!! Por lo menos podrás sobornarles con algo, ¿No?
Celia ánimate a probar mi método de selección directa de juguetes y luego nos lo cuentas ja ja ja
tienen d todo y no hcen caso a nada :(..hoy cumplen 3 añitos mis mellis y no sabia q regalarles,les he dado un peluche d winnie y ha durao en sus manos 5 m…ah x cierto,lo d las uñas cada vez mens,pero uno d ellos aun se retuerce y forma la d san quintín jajaja
Siempre que escribis algo me siento 100%identificada, es el relato de lo que nos pasa a diario pero relacion a las uñas debo ser una «bendecida «porque es una de las pocas cosas a las que no se resisten los mios ,es mas me ponen la manito a lo «manicure», jaja.
Como te entiendo,estoy contigo en todo, yo casi todos los días acabo con las orejas quemadas de tanto humo que me sale, jajaja
Salí medio minuto del salón para ir a la cocina y cuando volví me encontré al niño encima de la mesa de comer y la niña ya en la silla para hacer lo mismo. Que pena no tener cámara de fotos en la cara. Entre anécdotas y fotos tendríamos un libro genial.
Y las uńas! Es como una tortura, lo peor las de los pies, no hay manera.
Ánimo a todas que de esta salimos.
totalmente!!!! me rei muchisimo… me identifico con todo lo que escribiste!! yo soy de argentina, tengo 29 años, mis mellis de 4 meses y 4 hijos mas, todos seguiditos!… de 2-3-5 y 7. te imaginas que mi casa es un quilombo!! y las ganas de ir a pasear bien lejos me pasa bastante seguido jeje!!. este es el dia a dia y vivimos neuroticas por todas las responsabilidades y exigencias que los hijos nos demandan, pero el amor que sentimos por ellos va por encima de todo y al final del dia todo vale la pena!! <3
me identifico totalmente!!! esta es la realidad 🙂
mis trillizos tienen 3añitos y todavia se retuercen enteros al cortarle las uñas, es una batalla campal. asi que cuando sus uñas no dan mas de largad lad trato dr cortar. .. tomando mucho aire…hjajaja
Las admiro!!! yo solo (por ahora porque ya tengo otro en camino que está para finales de junio) tengo uno, y pues a veces si que hace por dos! pero bueno ustedes si que son tenaces al saber como manejar dos chicos al tiempo. Me he reído e identificado mucho!
somos multiples hola el mayor va a dias y pero el pequeño no hay manera be las tijeras y se esconde debajo de la mesa y esos gritos bufff y el hablar es al contrario el pequeño me habla perfectamente y el grande segun q te dice no entiendo ni gota y hasta q lo adivino q quiere decir hay de todo en casa
La otra tarde al despertar de la siesta mis mellizos se fueron para mi dormitorio, se subieron en lo primero q pillaron y cogieron un bote d crema q tenia en lo alto de un sinfonier.
Oí risitas… Fui a mi cuarto y… Dios mio!!! Estaba todo lleno d crema.
Sus pelos, cara, ropa, la colcha de la cama… Madre mia y ellos partidos d la risa diciendo: mira mami q bien huele… Jajaja ahora me rio pero fue horroroso
lo de las uñas es un coñazo lo mires por donde lo mires… sobretodo la de los pies, que tienes que emplear una fuerza que no se como no le he partido un tobillo alguno todavia. Ultimamente empleo la cancioncilla de » este puso un huevo, este le echó la sal…» asi con las dos manos… a veces funciona…
mis cajones del salon son iguales, pero como estan a la altura de su barriga con apoyarse lo abre, pero ya han aprendido a cerrarlos (despues de un par de cogidas de dedos) y me hace una gracia como lo cierran cuando se abren!!!
y por ultimo lo de la barriga… que horror!, por mas que sea precioso el haber albergado dos niños dentro… cuando voy a la playa me da coraje, porque tengo 31 años, peso 58 kg, y tengo la barriga como si fuese una viejita… ays!!
besos
CuaCuantardad en tus palabras, ayyy y eso que gritan más fuerte si no los entiendes es muuuuy cierto. Mis respetos, yo me ahogo con uno. Tomaré chocolate la próxima. 🙂
El tema de las uñas da para mucho, yo lo pasé muy mal con mi tercera hija (ya debía haber aprendido con las mellizas pero…) me llevé un poquito de su pulgar con un cortauñas, nunca uséis cortauñas, no lo he pasado tan mal en mi vida…al final no fue nada grave pero os podéis imaginar lo aparatoso…la de sangre…y mis mellis les explicaban luego a todos cómo mamá le había cortado el dedo a su hermana pequeña…para terminar de sentirme «genial» claro. Yo creo que lloré + yo que mi pobre niña, pero ya no he vuelto a usar un cortauñas con las niñas.
Ja, ja, ja, me encanta!!!! Síííí….. hay cosas que odio…. sí, la tripa, por dios, la odio. Nunca la he tenido plana, y a la gente que se lo digo, me llama exagerada porque estoy delgada, y me dicen, hija pero si estás genial para haber tenido trillis… y es que unas patas flacas acompañan muy mal a un abdomen blando y caído… tengo la suerte de no tener ni una estría, de frente hasta doy el pego, de perfil son mis 12-14 semanas de embarazo… a mí nunca me han dicho que tengo diastasis, yo creo que lo que tengo es una vagancia absoluta a hacer algo sobre el tema… pero bueno, he tenido trillis, no? Ja, ja, ja!!!
Mis niñas no tienen tanta energía como los tuyos, ya lo sabes. Así que tengo cosas a buen recaudo y no llegan o no lo intentan… las uñas, les engaño, primero me las corto yo, luego hago que se las corto a su padre, y luego a ellas para que estén muy «papas» (guapas) y suele funcionar… más con las de las manos que con las de los pies, que cueeeesta… aprovecho mientras su padre les hecha crema después de duchar y a veces no se enteran pero otras….
Pero no poder entenderles a veces sí que me frustra… no que no hablen, si no no ser capaz de entender lo que dicen… hay mares que les entienden perfectamente a sus niños… yo no! Sé algunas palabras, por ejemplo, touá es dormir o tumbarse… pero tienen su propio idioma y no soy capaz de aprenderlo ni entenderles…
Qué es lo que más odio de la maternidad? Los tópicos, las exclusiones, los consejos… pero sobre todo…. el miedo irracional a tantas cosas desde que nacieron. Supongo que algún día pasará….
Jajaja, las mías aprendieron a abrir la «puerta» de seguridad el mismo día que la pusimos dejándonos bien claro que su dominio iba a ser la casa entera.
En cuanto a las uñas, yo conseguí amansar a las fieras con lo de «éste dedito pide pan…», como es como un cuento se quedaban extasiadas escuchando. Ahora se dejan cortar las uñas pero me sigue dando la sensación de que crecen a la velocidad de la luz!!!