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Los niños de 3 años no son gilipollas (pero usted sí)

| 21 marzo, 2014 | 32 Comentarios

los ninos de tres anos no son gilipollasGracias al patio de vecinas (y vecinos) tuitero, ha llegado hasta mi conocimiento la publicación en el Huffington Post de un polémico artículo llamado Los niños de tres años son unos imbéciles, sobre el que estaban lloviendo críticas. Muerta de curiosidad, me ha faltado tiempo para buscar el artículo.

A mucha gente le ha impactado especialmente el uso del término imbécil, y una de las teorías que se barajaba para explicar el uso de un epíteto tan ofensivo era un error de traducción. Así que me he ido corriendo a buscar el artículo original y este resultó ser el título primigenio: 3 Year Olds are Assholes.

Peor todavía. Personalmente, yo el término “asshole” no lo traduciría como imbécil, sino más bien como gilipollas. O, si se prefiere, literalmente, agujero (hole) del culo (ass). Sea como fuere, no es una manera ni bonita ni elegante de dirigirse a un niño, y mucho menos a nuestro propio hijo.

Será, tal y como argumentan algunas opiniones a favor, que no tengo el sentido del humor suficiente como para apreciar en su justa medida la carga irónica del artículo. O será que mi sentido del humor es un poquito más fino y huye despavorido de los recursos fáciles que no tienen un mayor trasfondo que la búsqueda de un titular potencialmente viral.

Evidentemente es un artículo exagerado, hiperbólico y con tintes caricaturescos. Pero creo que llamar gilipollas -o imbéciles si se prefiere- a los niños de tres años cruza claramente la delgada línea que separa lo políticamente incorrecto de la ofensa gratuita. Y también creo que ofender públicamente a alguien que no puede defenderse es de muy mal gusto, o dicho en términos más coloquiales, tener muy mala follá.

Disquisiciones léxicas aparte, y con la experiencia que me otorga ser madre de mellizos de 31 meses, honestamente no creo que los niños de tres años sean gilipollas. Es más, creo que generalmente los gilipollas somos los padres, entre los que por supuesto me incluyo.

No quiero pecar de políticamente correcta. No voy a decir que los terribles-dos-casi-tres sean una etapa idílica porque yo misma la estoy padeciendo por partida doble. No soy una madre perfecta ni mucho menos. Yo también grito, lloro, pierdo los estribos y me siento una madre de mierda muchas veces.

Y por supuesto mis hijos no me hacen ni puto caso la mayor parte del tiempo, por no decir nunca. Son expertos en sacarme de quicio. Persiguen al perro, tiran y rompen cosas, gritan sin parar y se ríen de mí cuando les regaño. Pero eso no es portarse como un gilipollas, eso es portarse sencillamente como lo que son: Niños.

El problema, como casi siempre, reside en nuestras propias expectativas, muchas veces más cercanas a nuestras necesidades que a la propia realidad. ¿Qué esperamos de ellos? ¿Que un niño de tres años pase una tarde de lluvia leyendo tranquilamente el periódico en el sofá? Siempre me ha llamado la atención cuanto se informa alguna gente a la hora de comprarse un coche o cambiar de móvil, y en cambio lo poco que se informa antes de tener un hijo. ¿En serio que esperabais algo distinto a esto?

Nos hemos olvidado de cuando nosotros mismos éramos niños. No sabemos controlar nuestra propia ira y nuestras frustraciones y les exigimos a ellos disponer una habilidad de la que frecuentemente carecemos. Les enseñamos que no deben pelearse con otros niños mientras insultamos a un conductor que nos está adelantando. Queremos que sean consecuentes con sus actos pero luego dejamos objetos de valor a su alcance y nos quejamos de que los rompen. No queremos que sean materialistas pero tratamos de sobornarles para que se porten bien. Pretendemos que sean conscientes de nuestras necesidades como adultos pero frecuentemente obviamos las suyas. Les pegamos un tortazo para enseñarles que no deben pegar a sus hermanos. ¿Quién es aquí el gilipollas?

Esto no significa que no tengamos que educarles. Claro que sí, tenemos que educarles, ese es precisamente el gran reto que subyace bajo todo este asunto. Y en consonancia con esto, su trabajo consiste en rebelarse, ponernos a prueba, romper todo lo que puedan, decir a todo que no, sacarnos de nuestras casillas y hacernos creer que somos los peores padres del mundo.

Ser padre no es fácil, pero ser un niño tampoco. Y de esto poco o nada se habla. Nuestros hijos han venido a este mundo precisamente a enseñarnos que todo lo que creíamos hasta ahora acerca de los niños es mentira. Que no existen los dogmas, ni las fórmulas mágicas, y que ser padre es tan maravilloso como doloroso, tan satisfactorio como frustrante, y tan enriquecedor como agotador.

No, los niños de 3 años no son gilipollas, ni mucho menos. Los niños de tres años son cojonudos. Los niños de tres años son creativos, y con dos cartones viejos construyen un castillo inexpugnable. Los niños de tres años son sabios porque encuentran la felicidad en los placeres más sencillos. Los niños de 3 años son sinceros, absolutamente carentes de cualquier atisbo de hipocresía, y dicen exactamente lo que piensan aunque sepan que los próximo que van a oír va a ser un grito.

Los niños de 3 años son una panda de valientes idealistas que luchan con uñas y dientes por lo que creen que es justo a pesar de saber que tienen la batalla perdida de antemano.

Y, sobre todo, los niños de 3 años son generosos. Porque encima de tener a unos gilipollas como padres, no sólo no se quejan públicamente de nosotros, sino que además nos ofrecen un amor incondicional, y estoy segura de que en su inocente imaginario no cabe ni remotamente la posibilidad de que sus propios padres les califiquen como gilipollas.

Ya que no podemos evitar ser unos gilipollas, al menos seamos lo suficientemente humildes como para admitir que tenemos mucho que aprender de ellos también.

 

Nota a 22/03/2014: Después de una larga conversación tuitera con la autora del artículo que originó esta polémica, Sarah Fader, y abrumada por la repercusión que está teniendo la versión española del mismo, me pide que añada a esta post los enlaces siguientes:

 

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Sobre la autora Somos Multiples

Madre de mellizos prematuros que un día decidió abrir un blog para compartir su (in)experiencia personal con otras madres. Administradora de Somos Múltiples y de la tienda para gemelos y mellizos Tot A Lot. Adicta a las redes sociales. Más info en la sección Autores.

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Categoría: Maternidad

Comentarios (32)

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  1. lo acabo e leer, el original y me he cabreado muy mucho

  2. opino igual que vos, voy a buscar ese articulo y a leerlo, soy mama de gemelos de tres años y como digo siempre, si son dos tsunamis por la casa, pero tienen una corazon una inocencia, que uno ya ha perdido por ser adultos, se aprende muchos de ellos, jugando con ellos, yo vuelvo a mi infancia a subirme en un caballo, que es el palo de la escoba, a meterme en una caja de carton y a navegar por un mar lleno de piratas, a esa edad los niños son magicos, esta en nosotros romper la rutina y cambiar una siesta por estar con ellos, para mi es la mejor edad, hasta ahora, de mi gemelos, un abrazo!!

  3. Estupendo artículo (el tuyo, quiero decir). Tengo dos hijos: uno de seis años que es y ha sido siempre un niño buenisimo, y otro que el mes que viene cumple tres y es un auténtico «demonio»: rara vez hace caso, intenta lograr la independencia de su hermano y se frustra (con el consiguiente tsunami que le sigue), es trasto, es movido, no se cansa, a veces tira la comida, otras la restriega por donde menos lo esperas… Mi hijo de tres años es un «intenso» de la vida, pero un niño al fin y al cabo, lleno de amor, de salero, de gracia, de besos, de ganas de aprender, de sonrisas…
    Los ninos de tres años no son gilipollas… son lo más tierno, divertido y verdadero de este mundo; y aunque me agota y pone a prueba mis nervios, es increible verle crecer y aprender de todo eso que hay a su alrededor… Los niños de tres años son intensos, porque les sobra energia para comerse el mundo a besos!!!

  4. Yahalil en el post tienes enlazado tanto el artículo original en inglés como la traducción al español (que han intentado suavizar).

  5. Laura tengo una amiga australiana que siempre me dice que si mis hijos no me están volviendo loca es que no están haciendo bien su trabajo 🙂

  6. Que es gilipolla??? Soy de Puerto Rico y esa palabra no la habia escuchado!

  7. Los míos tienen 2 y medio y la gilipollas es esa mujer. Esta misma tarde he ido con ellos de compras (andando, nada de silla), han aguantado 2 tiendas y probarse zapatos y después a cortarles el
    Pelo y han sido unos benditos!!!! Así q señora….

  8. Mis gemelos hoy cumplen tres! Son varones y aunque a veces se me hace fuerte por ser mama soltera son mis hijos una bendicion! Traviesos pero buenos!
    En la biblia habla de que en los ultimos dias el amor se acabara por culpa de tanto pecado, por lo visto hay padres que nunca debieron ser papas! Es lamentable! Pero cada persona va a rendir cuentas con Dios en su momento!

  9. Esta tía siempre igual, en otro post comparaba tener hijos con una cárcel.

  10. Mamamedusi dice:

    Opinio igual que tu, por suerte para mi hijo! Jajaja bromas aparte, a mi tb me ha parecido de muy mal gusto.
    Creo que efectivamente, son niños y tenemos que entender que no van a comportarse como adultos.

  11. Si habla así de sus hijos… Ya vemos qué clase de «persona» es. Me uno a tu cabreo Adriana!

  12. Es una payasa en toda regla vaya Tia gilipoyas

  13. Ainhoa Gomez dice:

    No he leído el original, si bien estoy totalmente de acuerdo con el tuyo. Si algo no son mis hijas es gilipollas. TODOS los días me enseñan algo, para bien o para mal. A ser más paciente, tranquila, comprensiva, creativa, improvisadora, a dejarme llevar o a ser más contundente. Aprenden más que yo, disfrutan más que yo, y aunque son tranquilas, también me sacan de quicio, probablemente por mi culpa. No son adultas, no tienen mis necesidades, y no han venido a este mundo para que mi vida sea mejor, sino para vivir la suya, y que yo intente que sean felices. Nosotros tenemos que educarles, contenerles, pero también dejarles que se expandan y expresen.

  14. mis hijos son unos trastos pero de ahi a decir que son gilipollaas

  15. Muy de acuerdo contigo. He leído el original y que mal cuerpo se me ha puesto.

  16. Lucia David dice:

    K tia wacha no merece ser madre

  17. Vesper Finch dice:

    ¡Ole, ole y ole! ¡Qué bien te has explicado y cuánta razón tienes!

  18. Paola Valor dice:

    X dios y ella se hace llamar madre si es una edad difícil yo tengo cinco y el último tiene 3 años y mis mellizas q tienen 13 años . Empiezan a investigar a esa edad y hay q enseñarles con amor y Tranquilidad lo q esta bien y esta mal . Mis hijos son lo mejor q me pasó en la vida y nunca voy a olvidar esa etapa q hacian macanas xq son recuerdos de mis hijos

  19. Eva Belda dice:

    Me siento igual que tu. Yo también lo leí y termine cabreadísima.

  20. Genial entrada! La tuya, claro.
    Leí el artículo de un amigo que lo colgó en facebook y pensé lo mismo que tú, que seguro que se trataba de un error de traducción. Pero ahora que acabo de leer el original, creo que la traducción es muy generosa. Si en español me resultó ofensiva, en inglés ya me ha dejado O_O
    Si esta mujer piensa esto de unos angelitos de 3 años, la que le espera cuando sus hijos lleguen a la adolescencia.
    Que los hijos no son muñecos, por Dios!
    Un abrazo

  21. Sí que son algo desesperantes a veces…pero llamarles gilipollas o imbéciles me parece demasiado…

  22. Yo leí el artículo original y la verdad es que me quedé de un mal humor… pensé lo mismo que tú: ¿y los niños, qué? ¿Acaso no importa lo que ellos piensen o sientan? Me ha gustado mucho más la respuesta. Un saludo desde http://tresarandanos.blogspot.com/

  23. ¡Qué bestialidad el artículo original!
    ¿no tendrá relación el comportamiento tan extremo de esta niña con que su madre la considere imbécil?
    ¡Me ha dejado super triste!
    Por cierto, suscribo todo lo que dices tú… fantástica respuesta.

  24. hermosa redaccion, me encanto tu definición de los niños… Gracias!

  25. Carlos Linares López dice:

    Madre mía, si me abrumó la estupidez del artículo original, tu respuesta me ha emocionado. Nosotros tenemos tres hijos: Roberto, el mayor y sus hermanos mellizos Adriana y Darío. Roberto está ahora entre los 3 y los 4 años y nos está demostrando cada día lo que todos los padres con niños de esa edad estamos aprendiendo.

    Porque, efectivamente, esto va de aprender …

    Me ha emocionado tu respuesta, de veras, te lo aseguro. Tengo en casa tres niños cojonudos, creativos, idealistas y generosos. También difíciles cuando se proponen serlo, ¿pero acaso no lo fuí yo? Mis hijos me han concedido la oportunidad de ser mejor persona: de no gritar a otros conductores, a no pegarles, a no ser materialistas, a aprender, a mejorar, …

    Me ha encantado tu artículo. Yo ya sabía todo esto de mis hijos, te lo aseguro, pero me ha emocionado que alguien me lo recordara con cada palabra tan bien escrita.

    Muchas felicidades,

  26. Buenos días!
    Me gustaría dar mi opinión al respecto del articulo y de las reacciones q ha generado. Supongo,(que seguramente este equivocada) que OS lo habéis tomado como algo personal e intuyo que ser madres tiene mucho que ver. Seguramente cuando de a luz a los mios me pondré como una leona y me costara ser imparcial.

    Pero de momento me quedan unos meses, así que mi experiencia al respecto no es la misma. No se puede generalizar, y habrá niños que no se merezcan ese apelativo. Pero cuando por ejemplo coincido con mi sobrina de tres años, lo siento desde el fondo de mi alma, pero no puedo dejar de pensar q es insoportable, mimada y ya se que no es muy adulto, pero me cae mal!!!

    Posiblemente no sea culpa suya, y estoy segura de que tiene facetas que yo no he visto hasta ahora que compensen tantos momentos de «insoportabilidad», pero tengo que admitir que mi trabajo me cuesta, realizar estas reflexiones cada vez que manipula a los padres de esa manera.

    En fin, lo que toca es ser adultos y no dejarse llevar por su tira y afloja… Pero la primera impresión no te la quita nadie.

    Espero que con los mellizos mi aguante a tanta «insoportabilidad» aumente significativamente….

¿Y tú qué opinas?

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