Cómo practicar mindfulness con tus hijos

En el post anterior hablé sobre nuestra forma de vivir en los tiempos actuales. Vivimos a un ritmo veloz. Cada vez más los psicólogos advierten que esta manera de vida no solo nos afecta a nosotros en cuanto al nivel emocional y de salud, sino también a los niños. Una manera para combatir este estrés es aplicar un método que se ha venido a llamar mindfulness (la mente con atención plena). Hoy veremos cómo se puede aplicarlo en el día a día con vuestros hijos.

Los niños y mindfulness

En realidad los niños son expertos en vivir el momento. No obstante, los niños actuales sufren estrés por el ritmo de vida en el que están inmersos desde que nacen. O quizás mejor dicho, antes de que nazcan, porque a veces, para acelerar un parto, se le administra a la parturienta la hormona oxitocina con tal de que el parto vaya más deprisa.

Nacer suele ser un proceso largo si la mujer da a luz de modo totalmente natural y no siempre se respetan estos ritmos.

El mindfulness es una práctica común en algunos colegios, y tiene tantos beneficios para tí como para tus hijos

Aparte de esto, alertados por el crecimiento de niños con conductas de hiperactividad y tics nerviosos, en EE.UU. se ha empezado a dar cursos de mindfulness a niños de 4 años.

Los estudios demuestran que hasta a los más pequeños les va muy bien un curso de este tipo. En EE.UU. se le dio a un grupo de niños de 4 años dos veces por semana una clase de mindfulness durante media hora durante un periodo de 3 meses. Se les enseñaba mejorar la atención y manejar emociones, con especial atención a la amabilidad.

Antes y después de este periodo se medían sus habilidades sociales y emocionales, control de emociones e impulsividad, generosidad y el rendimiento escolar. Los que habían seguido el curso, puntuaban más alto en todas las áreas. También sabían mejor cómo calmarse después de estar alterados y tomaban mejores decisiones.

No hay duda de que mindfulness es beneficioso para los niños. Incluso en Holanda, en varios colegios, se practica esta ‘asignatura’ en las aulas, como por ejemplo hacer respiraciones profundas antes de empezar el día escolar. Los niños se tumban en su esterilla y practican la respiración. Es la conexión con uno mismo la que da un efecto relajante y positivo.

Practicar el mindfulness en casa con tus hijos

Vuestra situación familiar está más sujeta a tensiones, ya que dos o tres hijos de la misma edad producen más ruido, se pelean más y crean más caos que hijos de distintas edades. Por tanto, sin duda es beneficioso conocer unas pautas que crean tranquilidad:

• Juega con tus hijos a hacer respiraciones conjuntamente.  Túmbate con tus hijos en el suelo. Coloca sobre vuestras barrigas un peluche y enséñales a respirar hondo. Los niños observarán cómo su peluche sube y baja. Es un buen ejercicio para cuando los niños estén muy excitados o bien antes de dormir. Se puede hacer a partir de los 3 ó 4 años. No tires la toalla si las primeras veces no salen bien. Muchos niños finalmente piden estos juegos.

• Haz actividades con ellos con plena atención. Elimina todos los factores que puedan interferir, como el móvil. Por ejemplo da un paseo con ellos sin este dispositivo y acóplate a su ritmo. Detente cuando ellos lo hacen, para observar o coger algo, etc. En un momento dado acuerda con ellos no hablar durante varios minutos para así escuchar mejor los sonidos del entorno, como el canto de los pájaros y el sonido de un tractor en la lejanía. Luego os contáis lo que cada uno ha percibido.

• Procura que cada día haya algunas horas en las que realmente estés con ellos, sin otras obligaciones ni otros elementos que dispersen tu atención (móvil, internet). Hoy día es muy normal tener el móvil a mano en cada instante y hablar a los hijos, mientras al mismo tiempo lees los nuevos mensajes. Esto para ti y para los hijos significa atención dispersa. Te pone en un estado de estrés, aunque pienses que puedes con todo. Muchos adultos duermen mal y es a causa de sus multitareas. Así que, aunque sueñe imposible, pon el móvil en modo de ‘avión’, por lo menos durante unas horas. Solo así llegarás a estar plenamente con ellos. Notarás cómo todo irá mejor, ya que los niños perciben si les hablas con atención o medio ausente. Y por tanto tus órdenes (‘niños, ahora a la cama’) les llegarán mejor.

• Crea en casa un rincón de silencio, como por ejemplo una silla cómoda para retirarse y estar tranquilamente. A los niños se les puede enseñar que el que esté sentado en este rincón, no se le debe molestar. Es un rincón en el que tanto los padres como los niños se refugian.

• Introduce en vuestro día a día momentos de intimidad, como antes de acostarle hablar con cada hijo individualmente sobre cómo le fue el día. A los niños pequeños esto les resultará difícil; con ellos puede ser mejor darle un masaje, mecerle un rato en tu regazo, cantarle una canción o leer un cuento. Cualquier actividad que sea de su agrado y le calme (ten en cuenta que hay juegos que les aceleran aún más).

• Enséñales desde pequeños, a partir de los 2 años, nombres para su estado de ánimo. Como ‘estoy triste, enfadado, alegre, sorprendido’, etc. Expresa también tus propias emociones. Esto les ayudará a entenderse mejor a sí mismos y conocer cómo se sienten por dentro. Pero también entenderán desde pequeños que las emociones van y vienen y que no pasa nada por estar enfadado, ya que es una emoción normal que luego dará paso a otro.

• Si tú misma (mismo) te sientes muy estresada/o, sopesa la posibilidad de hacer un curso de yoga, meditación o mindfulness. Te aportará muchos beneficiosos, y no solo a ti, sino también a tus hijos.

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Sobre la autora Coks Feenstra

Coks Feenstra, psicologa infantil, lleva desde el año 1995 investigando el mundo de los múltiples. En 1999 publicó el Gran Libro de los Gemelos. También colabora otras publicaciones como Psychologies o Crecer Feliz. Más info en la sección Autores. Si deseas comprar el Gran Libro de los Gemelos desde España o Europa haz click aquí. Si vives en USA o Latinoamérica puedes adquirirlo aquí.