Cuando a los niños no les gustan las vacaciones
Desafortunadamente, no a todos los niños les gustan las vacaciones
Generalmente los niños disfrutan de tener vacaciones. Por fin disponen de tiempo para jugar, algo tan importante para ellos. Se sienten liberados de la presión de estar sentados por largos ratos, algo tan antinatural para ellos. Así que bienvenido la estación veraniega.
No obstante, también hay niños a los que las vacaciones les alteran. El colegio (o la vida normal) les ofrece un marco de rutina en el día a día que les beneficia. Sin el colegio su vida se vuelve imprevisible y no-estructurada.
Hay niños con cierta problemática a los que esta falta de rutina les afecta especialmente. También es cierto que a muchos niños les va bien tener una rutina en su vida, sean vacaciones o no.
Vamos a ver cómo con unas sencillas pautas podemos lograr que este periodo les resulte más fácil. En el caso de que tenéis gemelos idénticos, probablemente sus necesidades serán muy parecidas; en el caso de mellizos o trillizos puede que uno esté afectado por este tipo de problemas y el otro no.
¿A qué tipo de niños les afectan más las vacaciones?
El niño con hiperactividad (TDA)
Al niño afectado por el síndrome de déficit de atención con hiperactividad (TDAH), el mundo en sí le resulta muy caótico. A él todos los estímulos le llegan con la misma intensidad al mismo momento.
Mientras nosotros, ocupados en algún labor, podemos no oír un avión o una mosca, para el niño hiperactivo esto es imposible. Lo percibe todo en todo momento y no sabe anteponer lo importante a lo superfluo.
El TDAH es un desorden neurológico, un mal funcionamiento de las neuronas de la corteza cerebral, precisamente la zona encargada de la atención y concentración. Esto causa una alteración de determinados neurotransmisores lo cual a su vez afecta a la función del auto-control.
Es genético, aunque también influencias prenatales y perinatales pueden influir en ello, como el bajo peso, la prematuridad, el consumo de tabaco de la madre y otras causas. No podemos restaurar este déficit, pero sí ofrecerle un entorno estructurado de modo que el niño se desenvuelva mucho mejor y esté más feliz.
Adrián, padre de gemelos idénticos de 4 años, ambos diagnosticados con TDAH, nos lo cuenta:
‘En casa tenemos colgadas tarjetas que enseñan mediante dibujos los acontecimientos y su secuencia. Como levantarse, hacer pis, desayunar, vestirse, etc. Lo mismo por las actividades de la tarde: merendar, jugar, recoger, lavar las manos…
Creamos, además, siempre un entorno tranquilo, con pocos estímulos (la radio y la tele les alteran). Su colección de juguetes la mantenemos reducida. Estos trucos nos facilitan mucho la vida con ellos.
En vacaciones hay que hacer lo mismo y tener en cuenta sus dificultades. El año pasado fuimos a un hotel. Fue un error: demasiada gente, demasiado ruido, menús desconocidos…..lloraban mucho y se enzarzaban cada dos por tres en peleas con otros niños. Este año alquilamos una casa rural. Nos llevamos las tarjetas y seguimos las pautas de casa. Anotamos también las excursiones. Ellos pueden ver cuándo vamos a salir. Ofrecemos diversión, pero a su medida’.
El niño con autismo (TEA)
Es el niño afectado por el trastorno del espectro del autismo. Es también una anomalía neurológica, con un factor genético alto. Podemos hablar de un cerebro cableado de modo diferente.
Esta anomalía cerebral afecta a muchas áreas: el del lenguaje, de la motricidad, pensamiento, procesión de información, etc. Y además en cada niño de manera y grado diferente. El mundo que le rodea, le desborda al niño autista. Sólo encuentra tranquilidad en los objetos, lo no-cambiable debido a que su memoria también está afectada. Su vida puede ser satisfactoria si es simple, ordenada y tranquila.
Como los cambios le asustan, es lógico que ir de vacaciones y dejar el hogar puede significar demasiado estrés. Necesita que le preparéis ante un cambio y que tengáis muy en cuenta sus necesidades.
Maribel, madre de mellizas, de 5 años, de la que una de ellas tiene TEA explica:
‘Todos los veranos vamos al mismo sitio. Ana habla muy poco, pero aprende con los ojos, así que fotos, imágenes y pictogramas le llegan mejor. Siempre tenemos una agenda visual a mano. Y también utiliza bastante bien el Ipad.
Tanto nosotros como ella nos comunicamos mediante las fotos o dibujos. Por ejemplo, si vamos a comer, le enseñamos la foto de ‘Ana comiendo’. Si ella quiere la pelota, nos señala ese objeto. Si haremos una excursión, la preparamos mediante pictogramas para que entienda qué ocurrirá. Le estructuramos todo.
Estamos lógicamente limitados en lo que podemos hacer, pero nos sentimos felices con este sistema, porque a Ana le va bien’.
El niño con alta sensibilidad
Ser altamente sensible significa tener los sentidos muy agudizados. Es el niño o la niña que se queja de las etiquetas en su ropa, del elástico en sus calcetines, del ruido y de los sonidos, de un cambio en la estructura de la papilla, pero también de un trato injusto a un amigo. Sufre a una corta edad por el dolor ajeno, como la tristeza de una guerra, el abandono de un mendigo…etc.
En vacaciones puede llegar a sentirse fácilmente desbordado si se lo llevan a un sitio muy concurrido, como una feria, una fiesta, una piscina… Es importante evitar las aglomeraciones de muchas personas y reducir el número de vivencias.
Si vive muchas aventuras seguidas (un día a un parque de atracciones, al otro al zoo), no logra asimilarlo todo y no podrá conciliar el sueño.
Se excita con facilidad, por tanto hay que reducirle las impresiones. Conviene alternar (o buscar un equilibrio) los días activos con otros de estar en el lugar del veraneo. No obstante, el contacto con la naturaleza le beneficia y le relaja, igual como el contacto con animales.
Resumiendo podemos destacar estas pautas comunes:
- Utiliza una agenda central que todos pueden consultar.
- Inserta en el día actividades rutinarias como pequeñas tareas.
- Introduce días fijos, por ejemplo el viernes es el día de la pizza, el miércoles el día de la piscina.
- Distingue los días de la semana de los del fin de semana.
- Anota actividades para días soleados y otros para días de lluvia.
- Estimula su creatividad ofreciéndoles actividades sensoriales como hacer una exposición de lo que encuentren en la naturaleza, una caja para mirar…etc.
- Dales lecciones en organización, como hacerse sus bocadillos para una excursión, elegir lo que quieren llevarse…etc.
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Sobre la autora Coks Feenstra
Coks Feenstra, psicologa infantil, lleva desde el año 1995 investigando el mundo de los múltiples. En 1999 publicó el Gran Libro de los Gemelos. También colabora otras publicaciones como Psychologies o Crecer Feliz. Más info en la sección Autores. Si deseas comprar el Gran Libro de los Gemelos desde España o Europa haz click aquí. Si vives en USA o Latinoamérica puedes adquirirlo aquí.
Muchas gracias
Dos cosas: una, a mis mellis varones de 22 meses no les gusta el agua y la hora de la ducha es una odisea, no piscina (ni de plastico) no playa… Ya no sé que hacer!!!
Y otra me he partido de risa con el post del restaurante!!!! (He llegado de casualidad después de este articulo)
GRACIAS!
Mi hija, una de las mellis, de tres años, lleva dos meses preguntando todas las mañanas hoy hay cole mami? cuando le digo q no me dice :jo y cuanto queda??… y eso que le encanta la piscina, el mar… pero mas el cole!!!juaaaaa
A mis trillis casi no les gusta la playa y el agua salada la odian y tienen 4 1/2,,, sólo la alberca
HOLA, ACABO DE DAR CON ESTE ARTICULO YA Q SOLO EN LA MAYORIA HABLAN DE BERRINCHES X NO IR A LA ESCUELA, EN MI CASO ES LO CONTRARIO, MI HIJO LLORA XQ NO HAY CLASES O XQ SON MUCHAS VACACIONES, NO TIENE NINGUN SINDROME. Y LE GUSTA MUCHO SALIR A LA FERIA, AL PARQUE, FIESTAS O SENCILLAMENTE A CAMINAR, ME RESULTA DIFICIL ENTENDER ESE COMPORTAMIENTO HACIA LA ESCUELA