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Un embarazo gemelar ajetreado y 21 días en la incubadora

El 5 de enero de 2012 nos enteramos de que esperábamos mellizos y, aunque parezca mentira, no nos asustó para nada la noticia. Vengo de familia de mellizos y teniendo SOP y ovulaciones extrañas cabía una posibilidad muy grande de que así fuera y nos hacía ilusión y todo que fuesen dos.

El primer trimestre fue un poco duro porqué cogí dos gripes intestinales y en cuestión de 5 días perdí 4kg… No me deshidraté ni nada pero recuperar ese peso fue muy complicado, con las consiguientes broncas de la ginecóloga.

También fue muy duro porque justo el día que cumplí las 12 semanas, en la eco biométrica nos dijeron que estaba todo perfecto e hice público mi embarazo múltipe, murió mi abuelo. Tuvimos que bajar corriendo al pueblo y supongo que entre el golpe emocional y el cansancio de estar de pie muchas horas en el tanatorio y el entierro… ¡Tuve pérdidas! No me lo podía creer… Todo iba perfecto y en tres días murió uno de mis pilares en la vida y además le añadí el miedo a perder a mis bebés. En la sala de espera de urgencias (donde estuve esperando tres horas antes de que me atendieran mientras no dejaba de sangrar) no pude dejar de llorar.

Pero todo quedó en un susto. Mis mellis habían decidido asustarme ya antes de nacer! Oír latir su corazón con el ecógrafo fue un gran alivio. Me pasé una semana de reposo, aunque a los dos días ya no tenía pérdidas y a partir de ahí en el trabajo me bajaron el ritmo y poco después me dejaron trabajar desde casa por las tardes para que estuviese más cómoda.

A partir de las 20 semanas empecé a notar las famosas contracciones de Braxton-Hicks, pero justo en la semana 27, cuando ya estaba empezando a barajar la idea de cogerme la baja, empecé a tener contracciones de Braxton… ¡Cada dos minutos! Llamé a la gine, y tal cual se lo conté me mandó directa a la clínica para que me pusieran correas y ver si todo estaba bien o había amenaza de parto.

Me pusieron las correas y comprobaron que las contracciones eran bastante intensas. La comadrona no paraba de preguntarme si no me dolían, y no, no me dolían en absoluto, pero por la cara que ponía ella no las tenía todas consigo… El tapón no se había acortado y me mandaron para casa a hacer reposo hasta el final del embarazo, y con medicación si volvía a tener contracciones muy seguidas.

Yo que estaba sufriendo por si tomar Almax o alguna pastilla de Paracetamol de más podía ser malo para mis bebés y van y me mandan Diazepam y un hipotensor para parar las contracciones.

El resumen a partir de ahí fue vivir en el sofá, sí sí, vivir en él porque también dormía allí ya que estirada tenía tanta acidez que me era imposible descansar, hasta el día que parí estando de 36+3 semanas.

No sé si fue casualidad o no, pero hablándoles a mis hijos les propuse un pacto y era que no podían querer salir hasta que su padre acabase el libro que estaba leyendo y yo el cuadrito de punto de cruz (me cogí como hobby el punto de cruz y bordé un montón de cosas) que le estaba haciendo al bebé de una amiga. ¡Y me hicieron caso!

Ese día volví a tener contracciones, otra vez indoloras para mí, pero como ya había cumplido las 36 semanas y tenía la cesárea programada para 6 días más tarde la gine decidió que era mejor hacerme la cesárea ese día para evitar que me pusiera de parto (según ella mi aguante del dolor hubiese hecho que apurase el tiempo de ir al Hospital y hubiese que correr).

Así que el 15 de agosto a las 22:30 y 22:31 nacieron A y X. Apenas los ví se los llevaroncorriendo a la UCIN pq eran pequeñitos. A pesó 2,330kg y X 1,630. Mientras me cosían estaba tranquila porque les había oído llorar y a la vez nerviosa pq no sabía nada más de ellos y no los podría tener en la habitación conmigo.

Hasta casi la 1 de la madrugada no pudo entrar mi marido en la UCIN a verles y comprobar que estaban bien. Yo deseaba ir pero ya me habían avisado que hasta la tarde del día siguiente no dejarían que me levantase de la cama. Mi marido volvió corriendo a coger la cámara y hacerle una foto para enseñármela.

Esa noche dormí bien pq estaba muy cansada y los analgésicos también hacían estragos, pero despertarme por la mañana y darme cuenta de que había sido madre y no tenía a mis hijos a mi lado fue muy muy duro. Mi marido se estuvo hasta las tantas en la UCIN con ellos y me contó que estaban perfectamente. A. seguramente pasaría a estar en cunita esa misma mañana y X., mi pequeñita X, se quedaría en su incubadora hasta que ganase peso, pero todo estaba bien y sólo tenía que engordar.

Hasta las 10 de la mañana no querían dejarme beber agua, quitarme la sonda y demás, pero insistí tanto en que me encontraba bien que conseguí adelantar dos horas todo el protocolo del post-operatorio.

Que llegasen familia y conocidos y pudiesen ver a mis hijos antes que yo aunque fuese a través del cristal me daba tanta envidia que solo quería llorar. Al final les pedí que no me enseñasen más fotos, quería verlos y poder tocarlos yo misma, no verlos a través de pequeñas pantallitas de móviles o cámaras.

A las 4 de la tarde, en silla de ruedas, pude ir a conocer de verdad a mis pequeños. Poder cogerlos, hablarles, llenarlos a besos y llorar de felicidad, borró cualquier dolor que pudiese sentir por la herida de la cesárea. Las ansias de poder pasarme tantas horas como pudiese con ellos hicieron que a la mañana siguiente ya fuese por mi propio pie hasta la UCIN, que no estaba a más de 20 metros de mi habitación.

Quise darle el pecho a A. desde el primer momento pero se apartaba y se enfadaba. Él debería haber estimulado la lactancia para que a su hermanita le fuese más fácil, pero contra todo pronóstico fue X la que bajó solita desde mi hombro hasta el pecho a buscar comida, se colocó a la perfección y empezó a comer.

Así empezó la lucha diaria para que A comiese de pecho y X le ganara el pulso a la báscula, pero no hubo manera de que A quisiese… Le gustó más el biberón y al final decidí dejarlo estar (aunque la cabezonería me duró 2 meses toma tras toma, jejeje!). X y el sacaleches hacían su faena.

Mi última noche en la clínica la pasamos con A en la habitación. Estábamos muy contentos de tenerlo por fin con nosotros, pero la mañana del alta nos podía más la tristeza de dejar a X allí. Aún sigo pidiéndole perdón a A por no haber podido demostrar felicidad alguna con su llegada a casa.

La pequeña X cuando estaba ingresada en la incubadora

La pequeña X cuando estaba ingresada en la incubadora

A partir de ese día pasamos 21 días más turnándonos para ir a la clínica y estar con nuestra pequeña X. Mi marido iba por las mañanas y yo por las tardes. Fueron 21 días agotadores. Si no hubiese sido porque mi marido pudo juntar la baja de paternidad con las vacaciones, no sé como nos habríamos organizado para poder estar con X.

Fueron 21 días de cruzar la ciudad y ver a mi marido más rato en las tomas de la noche -mientras el daba el bibe a A y yo me sacaba leche para X- que durante el resto día. 21 días que en el fondo me pasaron rápido porque con el overbooking que había en la UCIN conocimos a otros 3 pares de mellizos cuyos padres nos cayeron genial y con los que pasábamos tantas horas que acabamos formando un gran grupo. Todos nos apoyábamos, nos contábamos nuestras penas y alegrías, y nos reímos tanto que incluso alguna vez nos llamaron la atención por el escándalo que montábamos.

Esta amistad ha continuado a través de Facebook y Whatsapp, lo que ha hecho que nos reunamos para comer y merendar, y que ya tenemos fecha prevista para una siguiente comida. Entre ellos y las majísimas enfermeras y auxiliares de la UCIN, la estancia de X allí se hizo mucho más llevadera.

El 9 de septiembre X pesó 2,060kg, pesaba lo suficiente como para que al día siguiente la pediatra jefe le diese el alta. Pero me amargó el día el pediatra de guardia que no había visto nunca a mi hija hasta ese día. Nada más verla dijo que estaba muy blanquita y que seguro que tenía anemia y tendría que quedarse más días para ponerle hierro o incluso hacerle alguna transfusión. Llego a estar yo esa mañana en la UCIN y me lo hincho a hos… ¿No podría pensar que en la familia somos muy blancos de piel y la niña a salido a este bando familiar? Pues no, el señor la quiso pinchar una última vez. Esa tarde me estuve con mi hija hasta que las enfermeras de la UCIN tuvieron los resultados, y después de tener que consolarme durante media tarde, me dijeron que estaba todo bien y que seguro que le daban el alta al día siguiente.

El 10 de septiembre fue un gran día, por fin estábamos los 4 en casa, ¡La familia junta e inseparable! Desde ese día habrá podido haber algún bache o crítica cruzándose en nuestro camino, pero la felicidad y amor que llena este pisito hace que volemos tan alto que tengamos más cerca las nubes que ese suelo con baches.

Belén, madre de mellizos de 6 meses

 

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Sobre la autora Autor invitado

El presente testimonio ha sido enviado por un autor invitado. Nos encanta recibir testimonios de padres múltiples y gemelos, mellizos o trillizos adultos. Vuestras experiencias enriquecen muchísimo esta comunidad. ¡Envíanos el tuyo a [email protected]!

Comentarios (10)

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  1. Belen ya casi ni me acordaba de todo eso!!! Ahora recuerdo de lo de tu abuelo y lo de las contracciones, como ha pasado el tiempo… Todo lo pasado una vez todis en casa juntos se olvida rápido. Un beso xa mis forosobris ;)!

  2. Natalia, eres compañera de Belén de la UCIN?

  3. Belén dice:

    No! Somos compañeras foreras

  4. Ah ok ja ja Facebook es un pañuelo!

  5. Belén dice:

    Si que hay alguna seguidora q fue compi de ucin

  6. Marina Giannotti via Facebook dice:

    Yo!!! Compartimos todo ese tiempo de UCIN, nosotros con dos nenas, tambien una en casa y la otra en neo.

  7. Yo tambien tengo mellizos y no me lo van a creer pero el 3 de enero del t
    2012 supe qe estaba embarazada y que eran mellizos y que ya tenia 15 semanas

  8. Una historia preciosa… veo que todos tenemos historias similares, UCIN, compañía de otros padres, y un día estar por fin todos en casa juntos y felices! Enhorabuena por tu preciosa familia!!!

  9. Yazmin dice:

    Hola! Yo tengo 30 semanas de mellizos y
    Me paso lo mismo que Belén las contracciones que no duelen y son seguidas, ya me mandaron de pre y estoy esperando llegar a las 36 semanas, mis bbs pesan hasta ahora, 1 kilo y medio cada uno y espero todo salga muy bien, me identifique mucho con la historia de Belén, ya les contaré como sigue mi historia, saludos desde Lima – Perú.

  10. MartaNC dice:

    Hola a todas soy nueva por aqui…estoy embarazada de 17 semanas de mellizos. Dos niños y ademas ya tengo un hijo de 3 años. Me da panico la incubadora o un parto prematuro. Pero leyendo tambien veo que hay muchas mamis que llegan mas alla d las 35 semanas. Aunque luego vayan a incubadora unos dias pero bueno.

¿Y tú qué opinas?

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