Mis «cuatitos» prematuros de 32 semanas

«Hola, mi nombre es Nayeeli, tengo 30 años  y soy de México. Mi historia es un poco larga así que trataré de resumirla lo más que pueda.

Mi esposo y yo llevamos casi 12 años casados. Nos casamos muy jóvenes y en un principio decíamos que no tendríamos hijos, nuestras mascotas eran más que suficiente para nosotros (¡Ajá!). Con el paso del tiempo fue cambiando nuestra idea. Era lógico, no nos estábamos haciendo mayores,  así que decidimos que para el próximo año, o sea 2012, me embarazaría.

A mediados de  septiembre de 2011 comencé a sospechar que estaba embarazada así que me hice una prueba de embarazo casera. No pasó ni un minuto y ya habían aparecido las dos rayitas en el Predictor, no lo podía creer. Mi esposo se puso contento, no lo esperábamos pero estábamos felices.

Al siguiente día fui con mi ginecóloga, me hizo un ultrasonido y ahí salía el saco gestacional pero me dijo que no me emocionara mucho pues aún no se veía nada formado aparte que apenas tenía unas 3 semanas de gestación y presentaba amenaza de aborto, así que reposo absoluto por todo un mes.

Regresé al siguiente mes y ahora en el ultrasonido ya se veía “algo”. En el monitor empezó a parpadear un punto rojo y nos dijo que era el corazón y lo pudimos escuchar. Fue un momento hermoso y casi enseguida, detrás del punto rojo apareció un punto azul. Le preguntamos a la doctora si era lo mismo y dijo que sí, después sabríamos que era ese punto azul…

El 5 de Noviembre estaba saliendo de bañarme para ir a mi cita con la doctora y recuerdo que pensé “si tuviera gemelas les pondría así y así…ajá, ¿Y de dónde voy a sacar gemelas si no tenemos antecedentes en la familia?” y un día antes hablando por teléfono con una de mis hermanas me dijo casi lo mismo “¡Quiero gemelas eh!” y le contesté “Jajaja ¿De dónde? Estás loca!”

Total que llego con la gine, me acuesta para el ultrasonido, pone el gel, pone en mi vientre el aparatito y se voltea a buscar algo y mientras mi esposo, mi madre y yo veíamos en el monitor dos sacos, parecían dos bebés y creo los 3 pensamos lo mismo, que no sabíamos lo que estábamos viendo y que ahorita la doctora nos explicaría. Cuando la doctora voltea a ver la pantalla solo alcanza a decir “pues son dos”. No me lo podía creer, mi esposo reía de nervios y mi madre lloraba de la emoción.

Preguntó la doctora de antecedentes en mi familia o la de mi esposo y ya le dijimos que ninguno tenía. Salimos de ahí emocionados, contentos y hasta asustados. Poco a poco fuimos asimilando el hecho de que seríamos padres de mellizos o “cuatitos” como decimos aquí en México.

Mi embarazo fue algo complicado; preeclampsia severa, colestasis obstétrica, y un enorme dolor de muelas y sin poder hacerme nada por la tensión alta. Para el 9 de abril fui a revisión con mi doctora y me dijo que las placentas ya estaban calcificadas, los bebés no estaban creciendo así que era urgente sacarlos ya y como era tan arriesgado mejor me mando al Seguro Social ya que ahí tienen todo el equipo necesario para bebés prematuros.

La último foto de Nayeeli embarazada

Entonces me internaron y posteriormente me trasladaron  a uno de los mejores hospitales del Seguro Social, al Centro Médico Nacional La Raza. Allí estuve tres largos días y sin poder ver a mi familia, ya al tercer día por la mañana me revisaron y se dieron cuenta que presentaba fiebre así que a quirófano de inmediato y así con 32 semanas de gestación, el 11 de abril de 2012 a las 11:45 y 11:46 nacieron mis “cuatitos”, pesando 1.770 y  1.500 grs.

Apenas me dejaron darles un beso y se los llevaron porque estaban “graves”. Por la anestesia me quedé dormida y no supe de mi hasta que desperté gracias a un temblor y es que desde un mes antes aquí en el D.F. había estado temblando bastante fuerte y los días posteriores siguió temblando, y yo sólo pensaba en mis hijos y que aún no los había visto bien y es que en México tenemos muy presente el terremoto de 1985 y los niños milagro del Hospital Juárez. Afortunadamente todo quedó en “pequeños” sustos.

Preguntaba por mis bebés y nadie me decía nada, pasé la noche sin saber de ellos. Ya al siguiente día por fin pude ver a mi mamá y me contó sobre el estado de salud de los bebés. Estaban delicados, nacieroncon fiebre y uno de ellos agarró un bicho que le bajaba las plaquetas porque tuve ruptura de membrana. No necesitaron ventilador para respirar pero si incubadora y fototerapia.

Los pude ver 3 días después de que nacieron, me parecieron guapísimos, creo que todas las mamás vemos así a nuestros hijos ¿No?  Me dieron de alta del hospital y todos los días los iba a ver, de 12 am a 1pm y de 5pm a 6pm, esos eran los horarios. Mis hijos estaban en diferente sala así que llegando iba y estaba un rato con uno y de ahí me pasaba a ver al otro y así se me iba la hora, yendo de una sala a otra para poder estar con los dos.

Ah y no podía cargarlos, ni tocarlos, nada, sólo hablarles y me daba un rabia no poder hacer nada para consolarlos si estaban llorando, fueron unos días muy angustiantes.

Al mayor (si, mayor por un minuto) José Antonio, me lo entregaron a los 9 días. Recuerdo que me lo dejó la enfermera en el cambiador para que lo vistiera y yo sentía que se me iba a romper. Estaba tan chiquito y frágil, la ropa que les tenía de 0 meses por supuesto no les quedó así que tuvimos que comprar ropa especial para prematuros y aun así les quedaba enorme. A David lo dieron de alta  a los 14 días de nacer. Hasta eso estuvieron muy poco tiempo en el hospital y es que se veía cada caso de mamás que ya tenían más de 6 meses con sus bebés ahí, yo pensaba que estaríamos  mínimo un mes, por fortuna no fue así.

Y llegamos a casa y todo fue la locura, empezaron las noches sin dormir y todo lo que conlleva tener dos recién nacidos en casa. Fue pesado y a 1 año 2 meses lo sigue siendo pero soy la mamá más feliz del mundo. Mi esposo me ha ayudado bastante en todo, mi mamá también cada que puede ya que vive en otra ciudad y mis hermanas han decido embarazarse después de mi así que ha tenido que dividirse con 3 de sus 4 hijas y cada una viviendo en diferente ciudad. Y también tengo que darle crédito y agradecerle a mi suegra, si, a esa que por lo general odiamos ha sido de mucho apoyo, algo que nunca pensé.

Los mellizos Jose Antonio y David, ¡Cómo han ido cambiando con el tiempo!

Al día de hoy somos inmensamente felices con nuestros “cuatitos”, nunca imaginamos lo padre y divertido que sería y menos que llegaríamos a sentir un amor tan incondicional, ¡Ninguna de mis amigas que tiene hijos me lo dijo! De haberlo sabido desde hace muchos años hubiera tenido hijos aunque a lo mejor no serían dos pero por algo pasan las cosas, por algo no me animé antes, ellos llegaron cuando tenían que llegar, sin más ni más.»

Nayeeli, orgullosa multimamá de mellizos de 15 meses.

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